Aprovechando que el día está nublado [Brendon]

El día estaba nublado y decidí salir a dar un paseo. El ambiente en el castillo era bastante hostil hacia mi persona.... bueno, al menos por parte de la guardia femenina, pero comprendía perfectamente su envidia. No había visto a mi hermano por ninguna parte así que le encargué a Gianna que le dijera que estaría en la Piazza dei Priori... tal vez lo viera, tal vez no... lo cierto es que su compañía no me vendría mal.

En realidad, hubiera salido así estuviera soleado... igual, con mi don puedo engañarlos a todos, como lo hacía ahora, mostrando unos hermosos ojos color azul cielo.
Estaba mirando a la gente que pasaba a mi alrededor mientras yo estaba sentada al borde de la pileta, contemplando el agua empozada... no la habían puesto a funcionar...
Un par de sujetos se acercaron a pedirme mi teléfono y yo, aburrida sólo murmuré "non parlo italiano"

El castillo estaba demasiado tranquilo ese día. No había mucho que hacer, y yo acababa de terminar mi guardia. Pensé en dirigirme a la Sala del Trono. Había algunos asuntos que quería tratar con Aro. De camino encontré a Gianna que me dijo que Aro no estaba en ese momento. La miré con algo de fastidio, pero se me pasó cuando me dijo que Alina me estaba buscando y que había ido a la Piazza Die Priori.
Salí hacia allí y me cubrí con una capucha que mantenía mis ojos entre sombras.
No me fue difícil encontrar a Alina. Rodeada de pobres infelices que creían que era una frágil e inocente muchachita.
Me acerqué a ella sigiloso aunque seguramente ya habría reconocido mi olor y no sería ninguna sorpresa.
-Los tienes a todos locos -dije sonriendo cuando llegué a su lado.

Me puse de pie y miré a mi hermano, con una gran sonrisa - llegó mi guía, muchachos, muchas gracias... no me llamen, yo los llamo - dije divertida mientras caminaba hacia Brendon con pasos ágiles y rápidos, como si estuviera bailando ballet o algo así. Al llegar a su lado lo abracé - hermanito!!! pensé que no vendrías - dije divertida mientras le quitaba la capucha y él no me detuvo, sabía que mi poder lo tenía cubierto... sus ojos ahora eran de color verde esmeralda.
- Sí... los tengo a todos a mis pies, menos a los que quiero... - dije mientras miraba mis uñas y guardaba el móvil en el bolsillo de la chaqueta. - sólo tengo que llamar a alguno de esos infelices para que pueda tener una cena decente - dije riendo con maldad - y qué ha sido de tu vida? no te he visto mucho por el castillo... otra vez molestando a esa vampira que te tiene obsesionado?

Sonreí mirándola y correspondiendo a su abrazo.
-No iba a venir si no llega a ser porque Gianna me dijo que estabas aquí -dije con una sonrisa.
Me quitó la capucha y supe al momento que mis ojos habían cambiado de color.
-¿De qué color me los has puesto? -pregunté curioso y la miré extrañado cuando dijo que tenía a todos a sus pies menos a los que quería.
-No, eso es imposible, no hay nadie capaz de resistirse a tus encantos -dije con una sonrisa amplia. Mi sonrisa se volvió traviesa cuando me preguntó por Tanya.
-No me tiene obsesionado Ali -dije con un gesto malicioso- Sólo me divierto un poco con ella. Es encantador ver cómo trata de resistirse incluso cuando sabe que no es posible hacerlo.

- Están color verde esmeralda... te quedan mejor que los grises... te ves más guapo, pregúntale a cualquier chica de por aquí y verás que me da la razón - dije entre risas mientras miraba cómo todos en la plaza andaban pendientes de nosotros - vaya qué problemático es ser como nosotros - dije encogiéndome de hombros.
- Pues sí que lo hay... sabes? he estado pensando muy seriamente en destronar a Sulpicia - dije pensativa - no es que me guste Aro, pero ser Reina de Volterra suena bastante tentador - murmuré con una sonrisa malévola.

Cuando habló de su vampiresa... Tanya se llamaba? sonreí - pues te diviertes un poco "demasiado" con ella... - dije riendo - nunca habías jugado tanto con otros u otras - sonreí - pero tú sabes lo que haces Brend... sabes que mientras yo sea tu consentida eres libre de hacer lo que quieras - me encogí de hombros y sonreí. Estuve tentada a llamarlo Brendi, pero él diría que es nombre de perro y se ofendería.

Sonreí cuando dijo que me veía más guapo con los ojos verdes.
-Creo que si le pregunto a alguna chica se derretirá, así que mejor no lo hago -dije sonriendo un tanto egocéntrico.
La miré con malicia cuando habló de destronar a Sulpicia.
-Bueno, digamos que hay alguien que podría hacer que los sentimientos de Aro hacia ti cambien -dije riendo medio en broma medio en serio. Resultaría arriesgado hacer eso, porque si me descubría me metería en graves problemas.
-Bueno, nunca había encontrado a nadie con quién divertirme -dije encogiéndome de hombros- Y por lo menos ya es vampiresa y no corro el riesgo de matarla
-No te preocupes Ali, tú siempre serás mi consentida -afirmé con una sonrisa- Tanya es sólo un juego... -un juego del que no estaba seguro si podría dejarlo.

Escuché lo que me decía, pero era demasiado riesgoso - mucho riesgo, Brendy, hermanito... no voy a arriesgar nuestros cuellos por un capricho... - dije pensativa - aunque Heidi quiere ligarse a Marcus para deshacerse de mí... qué te parece? me lo ha contado Félix esta mañana - reí. Al parecer nadie me quería ahí - así que no es suficiente con la enana... vaya problema... es difícil ser yo estos días - me encogí de hombros.
Escuché lo que dijo de Tanya y asentí - vale, de cualquier modo, soy tu hermanita menor y sé que no me cambiarás por las primeras curvas que se te crucen en frente - sonreí

-Sí, tienes razón, demasiado riesgo -dije sonriendo- De todas formas Aro ya nos tiene en gran estima. Tanto como a la enana y su hermano.
Reí divertido cuando dijo lo de Heidi.
-Pues hay que tener cuidado, Heidi puede ser muy persuasiva -dije algo más serio- Habría que apartarla de esa idea y mantenerla alejada de Marcus y se me ocurre cómo podría hacerlo... -susurré con malicia.
-En cuanto a Jane... -musité pensativo. Apenas levantaba un palmo del suelo y era la que más problemas nos podría traer- Bueno, eso va a ser un poco más difícil... Mientras siga tan apegada a Aro y a Sulpicia...
Sonreí ante lo que dijo al final. Tanya era algo más que unas simples curvas. La rabia y el odio que descargaba contra mí cuando no la controlaba la hacían muchísimo más interesante que cualquier otra.

- Pues... si puedes apartarla de mi camino, sería genial... aunque aparentemente somos amigas, sé que hay algo de hostilidad oculta - dije mirando a mi hermano con complicidad - y por la enana no te preocupes... no hará nada... me encanta ponerle la ilusión de que no puede torturar a nadie... su cerebro no reacciona y no me causa dolor... y a su hermanito lo tengo comiendo de mi mano, así que no me preocupo - reí animadamente.
- De momento me alegra saber que también somos los mimados de Aro y Sulpicia... ahora, lo que tenemos que hacer es volvernos imprescindibles... - dije mirándolo seriamente - tenemos que lograr que Aro no conciba la guardia sin nosotros... y seguir haciendo que nos odien, para ponernos en plan de: Señor Aro, queremos servirle, pero los otros miembros de la guardia son demasiado hostiles conmigo.... ahí Jane verá a quién prefiere Aro - dije con una sonrisa particularmente malvada

Sonreí divertido.
-No creo que me sea muy difícil apartar a Heidi -reí- Entre mis encantos y mi don estará fuera de juego rápidamente -aseguré. Aunque Alina me dijera que Jane no era un problema yo seguía pensando que tendríamos que tener mucho cuidado con ella.
-Bueno, Alec no puede ponernos demasiados problemas, debe estar encandilado contigo -musité mirando a Alina.
Cuando mencionó lo de Aro sonreí.
-Precisamente tenía pensado ir a hablar con Aro, pero no estaba -dije mirándola- En cuanto pueda intentaré hablar con él. Quizá pueda conseguir algún trabajo importante para ganarme su confianza.

- Aunque la verdad creo que aún no hacemos nada con Heidi... quiero divertirme un poco con ella... a Jane la mantendré a raya... supongo que tendré que hablar con Alec - dije haciéndome a la pensativa y luego él hizo ese comentario sobre el hermano de la pequeña bruja - exacto... es tan mono Alec... lástima que sea un niño... - me encogí de hombros.
Oí lo que me decía sobre Aro y asentí - eso es justamente lo que tenemos que hacer, Bren... que Aro confíe en nosotros... que crea que somos nosotros los que comemos de su mano y no al revés... y luego... oops! - dije haciendo un puño

Reí divertido cuando dijo que quería divertirse un poco con Heidi.
-Ah, tú puedes divertirte con ella y yo no ¿verdad? -dije sonriendo con malicia y golpeé amistosamente el hombro de Alina antes de echarme a reír.
-Será un golpe duro para la enana ver que su hermano se fija en ti Ali -dije pensativo- Incluso podemos sembrar un poco de discordia entre ellos.
Mencionó que teníamos que conseguir ganarnos la confianza de Aro.
-Creo que llegaremos mejor a Aro si tenemos de nuestro lado a Sulpicia -dije pensativo- Quizá deberíamos ganarnos también su confianza, mejor que intentar suplantarla...

- Diviértete con ella si es lo que quieres, hermanito... pero no te la aconsejo... Ernst me ha dicho que no es tan buena como parece... dije con una sonrisa maligna... de hecho él me había dicho que yo estaba mucho mejor... pero, para qué indisponer a mi hermano con otro miembro de la guardia?
- te juro que me liaría con Alec sólo para molestar a Jane y hacerla pelear con su querido hermano - dije pensativa... aunque no era mala idea, el mocoso no estaba nada mal... pero cuando habló de Sulpicia una sonrisa malévola se dibujó en mi rostro - es verdad, conviene tenerla de aliada... por el momento - dije mientras abrazaba a mi hermano... éramos tan malos y geniales juntos!

Sonreí cuando habló de Ernst.
-Alina, cariño -dije sonriendo con malicia- Ernst te diría que no le interesan las demás mujeres con tal de liarse contigo, así que tampoco le creas mucho -vi que se dibujaba una pequeña de expresión de sopresa en su rostro por lo que acababa de decir- Sí, me he dado cuenta, es difícil no hacerlo...
Sólo había que ver cómo la miraba para saber que estaba tan obsesionado con ella como yo con Tanya.
Cuando mencionó lo de Alec eché a reir.
-Pensé que te gustaban más mayores -reí divertido- Además Alec seguro que te ve como una diosa inalcanzable o algo así...
Correspondí su abrazo con cariño y la miré con una sonrisa cómplice.

Lo miré primero con sorpresa y luego arqueé una ceja - Vaya! gracias por lo que me toca... suena a que Ernst se ha inventado eso sólo para liarse conmigo... y eso que eres mi hermano... no quiero saber qué me hubiera dicho otra persona - reí. Seguro que Brendon no lo decía con esa intención, pero siempre era divertido molestarlo.
- Así que te has dado cuenta, qué perspicaz eres! - lo molesté - no te niego que me gusta Ernst... de todos los de la guardia es el que más me atrae... pero claro... antes tengo que hacerle sufrir un poco - dije con malicia mientras miraba mis uñas. Yo no tenía secretos con Brendon, así que daba igual que se lo contara hoy o mañana... terminaría enterándose.
Cando habló de Alec, reí - pues sí... para Alec soy una diosa inalcanzable... pero te imaginas si pudiera alcanzar a su diosa?? se lo contaría a Jane y seguro que la enana hasta tortura a su hermano... ya quiero ver peleado a ese par... me lo pensaré - dije con maldad mientras nos mirábamos con esas sonrisas cómplices que daban miedo.

-Oh, vamos Ali, sabes que no lo digo por ti -dije sonriendo- tú siempre serás más linda que Heidi -dije poniendo cara de arrepentimiento.
Me encogí de hombros cuando dijo que le atraía Ernst. Alina ya era mayorcita para saber lo que hacía. Y a decir verdad tenía bastante confianza en ella y sabía que no haría tonterías.
-Bueno, sólo ten cuidado de no obsesionarlo demasiado -dije mirando con complicidad a Alina.
Cuando nombró la posibilidad real de liarse con Alec sonreí maliciosamente.
-La enana nos odiará más todavía -dije entre risas- Y eso terminará por dejarla en evidencia delante de Aro.

- Lo sé! - dije con autosuficiencia cuando dijo que yo era más bonita que Heidi.... pues no había que ser un genio para verlo, no? despeiné los cabellos de mi hermano para hacerle ver que yo bromeaba también, así no se preocupaba demasiado.
- No lo obsesionaré demasiado... sólo lo justo, para tenerlo comiendo de mi mano y tener un aliado en caso de que lo necesite - dije con seguridad - le daré a probar un poco del banquete, sin llegar al postre - reí divertida.
Cuando escuché lo que dijo de Jane y que su odio la pondría en evidencia ante Aro sonreí con maldad - acabo de decidir que Alec y yo tenemos una pequeña charlita pendiente - dije maliciosamente - Jane me va a odiar tanto...

Sonreí mirándola entre orgulloso y admirado. Si había alguien a quien consideraba un igual para mí esa era Alina.
-Qué mala eres -dije guiñando un ojo- Mi hermana tenías que ser -susurré divertido abrazándola.
El plan era bueno, pero habría ver cómo avanzaban las cosas. Estaba deseando ver la cara de Jane cuando viera que Alina y yo la desplazaríamos a ella y a Alec en la guardia.
-En realidad Alec me da lástima -dije sonriendo- No es tan idiota como su hermana.
No era de los que mejor me caía de la guardia, pero para ser sincero, no es que apreciara a muchos. Quizá mantuviera una relación más o menos cordial con Afton, pero estaba lejos de considerarlo amigo mío.

- Yo no soy mala... sólo me gusta la justicia... por eso procuro conseguir con lo mejor para nosotros - dije encogiéndome de hombros y sonriendo - soy una niña tan buena... - dije con notorio sarcasmo y ambos reímos.
Me quedé pensando en sus palabras... en realidad yo no tenía nada en contra de Alec... la del problema era la boba de Jane - si, pobre Alec... mira que tener una hermana como Jane, en lugar de tener una hermana como yo... chico tú sí que eres afortunado! - dije riendo con ganas.
Lo abracé y besé su mejilla - aunque yo también soy afortunada de tener un hermano que me comprenda tanto como tú... a cualquier otro ya lo hubiera sacado de quicio - dije riendo.

Sonreí cuando dijo que le gustaba la justicia y que era una niña buena.
-Si no fueras mi hermana te tendría muchísimo respeto, tirando a miedo -dije sonriendo. Debajo de esa fachada dulce y encantadora se escondía una vampiresa de armas tomar- De hecho te tendría controlada con mi don para no perderte de vista -dije sonriendo- así que tú también eres afortunada de ser mi hermana.
La abracé dulcemente.

- nada de dones conmigo, sabes que podría engañarte haciéndote creer que usas tu don con un clon mío, así que ni lo intentes - dije divertida - lo mejor de todo es que me veo tan dulce y buena que nadie desconfiaría de mí - puse cara de ángel y reí
- amo nuestros poderes... - dije sonriendo mientras hacía que apareciera a nuestro alrededor un lugar en donde solíamos pasar nuestra infancia y luego desapareció.
- quiero volver allá.... volvemos algún día? - pedí con algo de tristeza.

-¿Así que quieres convertirlo en una competición de dones? -dije entrecerrando los ojos amenazadoramente, antes de reír a carcajadas.
Alina hizo que apareciera a nuestro alrededor un lugar que me traía muchos recuerdos. Tal vez demasiados. Esos tiempos no volverían.
-Ali, me pondrás melancólico -dije mirándola con una debilidad que sólo mostraba con ella- Me gustaría volver algún día, pero no volverá a ser lo mismo -susurré pensativo.

- lo siento, Bren... es que ese lugar me trae tantos recuerdos... es como si ese lugar sacara lo mejor de mí y no sé la razón... como si no pudiera ser mala en ese lugar... como si olvidara nuestro pasado estando ahí - suspiré con melancolía, sólo me permitía estos arranques de sinceridad cuando estaba con Brendon... habíamos sufrido juntos y habíamos superado nuestros problemas juntos... éramos una especie de dúo dinámico.
- vale, hablemos de otra cosa, nada de sensibilidades ni tonterías por ahora - dije recuperando la compostura y sonriendo como siempre, sin rastro de tristeza en mi rostro... si algo nos había enseñado la vida era a esconderle tu debilidad al mundo.

-Ya entiendo -dije mirándola fijamente. No era el único que sentía esa extraña melancolía. Lo cierto es que me gustaba bastante mi condición de vampiro. A Alina siempre le había costado un poco más que a mí aceptarlo, y tenía que ser comprensivo con ella- Esos recuerdos son los únicos que me hacen recordar que en algún momento fui algo más que lo que soy ahora...
Tomé las manos de Ali protectoramente entre las mías, acariciándolas.
-De acuerdo, cambiemos de tema -dije mirándola con una sonrisa maliciosa, recuperando mi humor normal. Entonces recordé algo- ¿Qué opinas de Chelsea y de Afton? -pregunté levemente. Si bien Alina y yo podríamos conseguir casi cualquier cosa juntos, siempre era bueno contar con aliados. Y ellos dos eran los únicos con los que tenía un trato lo más parecido a cordial.

Cuando dijo que entendía, sabía que no tenía que decir más. De hecho, extrañaba ser humana, sentirme vulnerable, sentir que alguien me protegía. Siendo vampira era la reina de la noche, nadie se atrevería a dañarme o tendría que sufrir las consecuencias... el único que me comprendía a la perfección era mi hermano. Agradecía al cielo que nos hubieran convertido a ambos... si no, hubiera estado perdida.
Cuando empezó a hablar de Chelsea y Afton asentí - me agradan... Chelsea es amable conmigo y creo que agradece el hecho de que respete a su marido, no lo provoque y no me meta con él... aunque sinceramente lo hago porque me agrada Chelsea y su poder es de lo más interesante - dije mirándolo con detenimiento - por qué? crees que sean buenos aliados? - pregunté. Conociendo a mi hermano, ya tendría un plan en la cabeza o al menos estaría armándolo.