Confusa [Brendon][+18]

¿Qué había pasado realmente? Desconocía cómo habíamos llegado a ese punto, pero ya no podía parar. sabía que iba a arrepentirme de perder el control, y que me estaba implicando demasiado en un asunto que debería ser sólo de trabajo. Pero era superior a mis fuerzas. Su aroma, el suave tacto de su piel. Me superaba. Suspiré largamente cuando empezó a bajar por me pecho hasta mi abdomen. Era increíble lo uqe me estaba haciendo sentir.
Subí mis manos y las pasé por su espalda, tanteando en busca del cierre de su vestido. Di con él y empecé a bajarlo con ansia. ¿Y para eso se lo había subido antes? Si lo llego a saber...

Bajó el cierre de mi vestido hasta que la parte de arriba comenzó a caer, haciendo que se asomara mi delicado sostén de encaje. Separé mis labios de su abdomen y levanté un poco mi cuerpo para encontrarme con sus labios otra vez. Lo besé apasionadamente como una desquisiada. Atrajé su rostro a mi jalando con fuerza el cuello de su camisa y luego lo solté haciendo que se golpeara un poco la cabeza, estaba como una loca. Me senté completamente sobre él, tomé la parte de abajo del vestido y lo levanté hasta quitarmelo completamente por la cabeza y lanzarlo por ahí en alguna parte, quedando frente a sus ojos con mi precioso conjunto de ropa interior.

Sus labios volvieron a los míos con desesperación y correspondí con furia y pasión a partes iguales. Ya estaba fuera de mí. Mis instintos reaccionaban de la misma manera que lo hacían cuando cazaba. Me movía por impulsos animales, deseando cada centímetro de su piel.
Se quitó completamente el vestido, quedando en ropa interior, y la contemplé largamente, con una sonrisa pícara. Ya empezaba a entender por qué me había atraído tanto esa chica. Claro que me preocupaba bastante que los asuntos de "trabajo" quedaran al margen en ese momento, pero qué más daba. Acaricié todo su cuerpo con vehemencia, volviendo a sus labios y a su cuello. Mis manos se deslizaron hasta sus pechos por encima de ese precioso sostén de encaje.

Mordí mi labio inferior al sentir sus manos acariciando mis pechos, la sensación era majestuosa. Incliné mi espalda hasta volver a encontrarme con sus deliciosos labios que no me cansaba de probar, en tanto mis manos juguetonamente iban desabrochando con fiereza su pantalón.
-Seguro que podrás conmigo?- pregunté coquetamente y quité sus pantalones, dejándolo solamente con su boxer y la camisa desabrochada, consiguiendo recrear mi vista con su perfecto y sexy aspecto físico.

Mis labios se lanzaron hacia su cuello después de volver a recorrer sus labios. Mordisqueé suavemente su cuello mientras mis manos se deslizaban desde sus pechos hasta su vientre, acariciándolo con desesperación. Sus manos se deslizaron hasta quitarme los pantalones y sonreí con picardía ante su frase.
-¿Acaso lo dudas? -pregunté con una osnrisa maliciosa- Lo que ahora estoy en inferioridad -dije mirando su cuerpo. A ella le cubrían dos prendas y a mí sólo una. Volví a sonreir travieso y deslicé mis manos desde sus caderas hasta su trasero, y subí por toda la longitud de su espalda hasta dar con el enganche de su sostén. La besé con furia, al tiempo que empezaba a quitar en enganche.

Mi sostén cayó dejando al descubierto mis perfectos pechos. Tomé una de sus manos y la coloqué en uno de ellos para que esta vez pudiese acariciarme sin tener de por medio el encaje de mi sostén. Volví a arquear mi espalda para llegar hasta sus labios, los besé he hice que mi lengua pasara sobre ellos. Luego me dirigí a su mejilla y la lami en toda su extensión. Sin quitar mi lengua de su mejilla, la llevé hasta su cuello dándole pequeños mordiscos, tenía que controlarme para no traspasar mis colmillos en él... estaba extasiada.
-dame la posibilidad de dudar...- susurré contra su cuello y me quité de encima de él haciendo que mi cuerpo perdiese contacto con el suyo. -y bien?... estoy esperándote-sonreí de medio lado - muestrame que realmente puedes conmigo- dije mordiendo mi labio inferior.

La forma en la que nos habíamos descontrolado era bastante peligrosa y excitante a la vez. Mi cuerpo ya no escuchaba las órdenes de mi cerebro. Era incapaz de obedecer entre tanta caricia y tanto beso. Puso una de mis manos en sus preciosos pechos y lo acaricié sensualmente, apenas pellizcándolo con mis dedos.
Notaba sus mordiscos descontrolados y pasionales. Cuando se apartó de mí la miré con algo de molestia. ¿Cómo se le ocurría hacer eso? Sin apenas escuchar sus palabras me lancé hacia ella con furia, haciendo que los dos rodáramos por el suelo entre roces provocativos, y quedé encima de ella aprisionándola con mi cuerpo, que se pegaba cada vez más al suyo.
-No vuelvas a escaparte -dije sonriendo y deslizando mis manos por debajo de la única prenda que le quedaba.

Se lanzó contra mi cuerpo logrando dejarme imposibilitada de escapar, aunque ganas realmente tampoco tenía, sino todo lo contrario... lo deseaba aún más que la deliciosa sangre fresca que tanta falta me hacía para volver a recobrar energía. Lo curioso era que mi cuerpo ya se había olvidado de mis necesidades básicas de vampiro y ahora solo pedía placer.
Desde mi garganta se escapó un débil gemido al momento en que su mano comenzó a introducirse bajo la unica prenda que me quedaba en el cuerpo.
-Oh , vamos hazme tuya de una vez- dije mordiendo sus labios y rasgué su pecho con mis uñas, ya había esperado demasiado y no lo seguiría haciendo. Me hacía falta mucha más acción.

Mis instintos se habían descontrolado con la misma facilidad que se descontrolaban cuando bebía sangre. Y de la misma manera ya no podría parar hasta conseguir lo que necesitaba. Y en esos momentos la necesitaba a ella.
La miré cuando pidió que la hiciera mía. Sonreí de lado, con la mirada totalmente perdida en su cuerpo. Mis manos fueron hacia el borde de su ropa interior y la deslizaron por sus piernas hasta quitársela. Mordí sus labios con rabia, dirigiendo mis manos a su entrepierna, acariciándola y preparándola con caricias intensas. Mientras seguía con esas caricias con una mano, con la otra empecé a bajar mis bóxers.

Off: te toca poner el +18, xD

Puse una de mis manos en su nuca atrayendo mas su rostro al mío. -Oh, vamos- dije separando más mis piernas. Sus caricias ayudaron a humedecer aún más mi sexo. Seguí besando sus labios con fiereza completamente trastornada bajo sus encantos. No tenía idea de lo que estaba haciendo, solo me estaba dejando llevar por mis instintos... no había segundo para pensar y recapacitar. Su boca y su cuerpo me resultaba totalmente adictivo, era una sensación desesperante y estabas dispuesta a todo para hacer que el placer no acabara.
Estaba sometida y entregada completamente a él.

Off: Ok jajaj voy!

Besé sus labios con pasión cuando atrajo su rostro hacia el mío. Estaba completamente arrebatado. Tanya conseguía que perdiera mi pareciado control, de la misma manera que sólo lo perdía cuando me alimentaba. Conseguí sacarme los bóxers y los eché a un lado. Sentí la humedad en su sexo y acerqué mi dura entrepierna, rozando su sexo levemente. Ese roce hizo que la besara con intensidad y pasión, devorando sus labios.
Con un movimiento de caderas me abrí paso entre sus piernas, entrando en ella al tiempo que sentía que una sensación de placer me embargaba. No pude reprimir un pequeño gemido.

Sentí como su miembro entró dentro de mi salvajemente al tiempo en que lo apreté desde los hombros. Solté un gemido y sentí como poco a poco comenzaba a moverse en mi interior.
Enterré mis uñas sin quitar mis manos de sus hombros y luego las deslicé hasta llegar a su espalda. Incliné mi espalda hasta llegar a sus labios con los cuales jugué un poco antes de introducir mi lengua en su boca. Una vez dentro saboreé cada rincón con placer, como si no hubiese probado nunca antes una boca tan dulce, lo que era totalmente contradictorio con todas las palabras que salían de allí dentro. Mi despiadado Vulturi me tenía en las nubes y más allá...

No podía creer lo que estaba sintiendo con ella. Ya había perdido el control totalmente, y no me importaba en absoluto. Sólo me preocupaba en experimentar cada sensación que sentía con ella. Sentí sus uñas clavadas en mi piel y solté un gemido. No era de dolor, más bien de placer. Empecé a moverme con rapidez sobre ella, entrando una y otra vez. Emepzaba a sentir tal necesidad de ella que me era imposible controlarme.
Jugué con su lengua dentro de mi boca mientras mis manos recorrían con vehemencia cada centímetro de su piel.

Ya empezaba a dar un gemido tras otro al mismo ritmo de las envestidas que recibía por parte de él. Comencé a acarciar sus brazos y luego su torso en tanto nos besabamos desenfrenadamente. Estaba en un éxtasis total, conociendo sensaciones que no sabía que existian en este mundo. - más rápido- dije en tono de suplica cerca de su oido que posteriormente lamí coquetamente.

Mis gemidos se mezclaban con los suyos, entre un cúmulo de sensaciones palcenteras. Me pidió que fuera má rápido y sonreí -por supuesto -musité sintiendo cómo lamía mi oreja. Empecé a moerme frenéticamente, haciendo más profundas las penetraciones, sintiendo que perdía completamente la cabeza.
Mis labios se dirigieron a su cuello, mordisqueándolo con pasión y bajando a sus pechos para lamerlos mientras continuaba moviéndome con más rapidez.

No opuso resistencia a mi petición y en cosa de segundos ya estaba obedeciendome. Las rápidas envestidas hacían incluso que me golpease la espalda en el piso, era realmente una locura por parte de ambos. Mis gemidos se hicieron mas fuertes y seguramente se oían por cada rincón de la casa mientras tanto teníamos la bella melodía del agua caer por la tormenta, lo que hacía que la instancia alcanzara el punto más alto de la perfección.