Confusa [Brendon][+18]

Todo empezaba a sonarme demasiado extraño. Si bien parecía receptiva a mis aproximaciones, eso era lo que más me inquietaba.
-Tan atractivo? -dije mirándola- No lo dudo, pero no creo que sea eso lo que te mantiene aquí -asumí mirándola largamente. Me separé un poco de ella con una sonrisa maliciosa.
-No dije que fueran negocios limpios -dije con malicia- Para los negocios oscuros no se firman papeles...

-Entonces? ...¿cuál se supone que es tu hipótesis?- pregunté con algo de temor pero obviamente intenté no demostrarlo. Me aterraba la idea de pensar que me pudiese estar descubirendo en éstos momentos. Estaba parada justo en la cuerda floja, lo que significaba que cualquier movimiento en falso sería totalmente fatál para mi.
- Entiendo que el negocio es divertirte?...- puse la palma de mi mano en su cuerpo y suvamente la deslicé por diferentes direcciones a modo de caricia, recorriendo cada parte de su perfecto torso.

Sonreí cuando me preguntó cuál era mi hipótesis. Acerqué de nuevo mis labios a su oído.
-Tanya querida, no nacía ayer -dije susurrando- Pero si quieres seguir jugando yo no te lo voy a impedir -dije mordisqueando un breve momento el lóbulo de su oreja y retirándome rápidamente.
Sentí sus manos en mi torso, y puse una sonrisa ladeada.
-El negocio es algo más que divertirme -musité levemente- También lo hago por sentir que tengo el control.

Dejé a un lado el tema del éstupido negocio y me concentré directamente en responder lo que de verdad me interesaba.Todo parecía indicar que me estaba descubriendo y que según indicaba la situación no era tan buena actriz después de todo.
-No se de que estás hablando... yo no estoy jugando a nada Brendon- dije continuando con las caricias en su torso pero sin la fuerza interior suficiente para mirarlo a los ojos. Estaba aterrada porque no sabía como reaccionaría conmigo tras haber intentado engañarlo de ésta manera.

Sonreí levemente cuando dijo que ella no estaba jugando.
-Más que tu jueguecito lo que me molesta es que me tomes por tonto Tanya -dije con una sonrisa peligrosa. Tomé su rostro entre mis manos con delicadeza, para hacer que me mirara a los ojos. No le di mayor importancia a su mirada huidiza, ya que inevitablemente me perdí en la profundidad de sus ojos.
-Sigues odiándome -dije mirándola- Y no puedes negarlo, tus ojos te delatan -sonreí levemente- pero considero que tienes mucho valor para intentar fingir lo contrario. Y eso me atrae todavía más -acaricié su rostro antes de apartar mis manos de él.

Una vez más volvió a obligarme a hacer algo, en esta oportunidad a mirarlo. Cuando mi mirada se encontró con la suya me di cuenta que anteriormente no estaba asustada, porque realmente ahora si lo estaba. Esos ojos cargados de frialdad me tenían paralizada y no fui capaz de responder a sus palabras inmediatamente. Acarició mi rostro y me halagó un poco respecto a mi valor.
- Es cierto, mi odio no ha desaparecido-murmuré con un hilo de voz y recién en tras mis palabras logré darme cuenta que estaba perdida. Ya no tenía forma de zafar de ésta, fuí una perfecta idiota al creer que el mío era un buen plan, pero estaba desesperada y era lógico que no pensaría de la mejor manera.
Tomé sus manos y las coloqué alrededor de mi cuello -ya mátame de una vez, nunca conseguiras que no te deteste- le sugerí resignada a recibir mi castigo.

La miré con una sonrisa de lado cuando dijo que su odio no había desaparecido. Al menos era sincera conmigo, aunque no sé por qué eso me gustó mucho menos que antes. "¿De verdad crees que pueda sentir por ti algo más que repulsión?" me pregunté. Además, ni siquiera quería que lo sintiera. Porque yo no sentía nada por ella... ¿O sí?
La miré con una sonrisa inexpresiva cuando puso mis manos alrededor de su cuello. cerré los ojos brevemente, y me limité a acariciarlo suavemente, como si fuera algo muy valioso. Aparté mis manos y la miré a los ojos.
-Puedo conseguir que no me detestes -dije mirándola- Es algo que he hecho otras veces... -Cada vez que la controlaba sus sentimientos hacia mí cambiaban- Puedo hacerlo de nuevo si quieres...
Sería muy irónico que me pidiera ella a mí que la controlara.

-Entonces hazlo! de una buena vez - dije desesperada a punto de llorar - prefiero eso antes de estar junto a ti a conciencia!! te detesto!! te odio!! te aborresco!! me das asco!! nunca deberías haber exsistido eres un.... - Callé mis palabras al notar un mínimo cambio en su rostro apenas visible. -lo siento- dije arrepentida. Un momento... ¿Por qué me estaba disculpando? él se merecía mis insultos y mucho más después de todo lo que me había hecho. Estaba totalmente confusa, pero era muy probable que todo fuese porque otra vez comenzaba a estar bajo su don... verdad?. Lo miré a los ojos muy triste sin saber que decir, de todos modos dijese lo que dijese él no ablandaría su corazón conmigo, era un mosntruo egoísta que solo pensaba en divertirse aprovechando de destrozarme por completo.

Sabía que me merecía todo lo que me decía. Y para ser sinceros no me importaba que me lo dijera. No era la primera vez que me lo decían. Sin embargo sentí una punzada de molestia aquella vez. Quizá eso se reflejó en mi rostro y por eso paró de hablar y me pidió disculpas. O eso o había usado inconscientemente mi don. A decir verdad en ese momento me costaba controlarme.
-Sí, me odias y prefieres verme muerto -dije desviando la mirada y suspirando. Volví a mirarla- Una lástima para ti que no sea así.
Sentía una rabia que nunca antes había experimentado.
Acaricié su mejilla lentamente, y me alejé de ella para salir del agua. Por hoy ya estaba bien de incordiarla. No es que me hubiera puesto piadoso, sólo que empezaba a molestarme demasiado su actitud. Con lo dócil que podía ser cuando la controlaba... Pero eso estaba bien cuando quería que hiciera alguna maldad. Pero prefería no controlarla el resto del tiempo. Resultaba un reto intentar domarla sin mi don.

Luego de acariciar mi mejilla se separó de mi hasta salir del agua. Yo por mi parte me quedé detenida en exactamente el mismo sitio mirando como se apartaba. Estaba perdida, ésto era una completa condena que no podía asumir y sobretodo porque no había hecho nada para merecerlo. No tenía la culpa que el vampiro más despiadado de la existencia se obsesionara conmigo para tenerme como una sirvienta que fuese capaz de cumplir cada uno de sus caprichos como si fuese una especie de dios al cual debía ser devota.

La miré desde la orilla mientras me ponía de nuevo la camisa. Vi que no se movía de donde estaba y sonreí levemente.
-Buenas noches Tanya -dije con una sonrisa amplia- Nos veremos pronto...
Me di la vuelta, caminando hacia el castillo a paso humano. Me sentía tentado a volver, pero sabía que si lo hacía me arrepentiría. Estaba tomándome demasiadas molestias con ella. Estaba obsesionando, sí, pero ya no me quedaba claro que fuera sólo una obsesión cazador-presa. Supiré largamente, alejándome del lago.

No alcancé a responder cuando comenzó a caminar por el bosque. Nadé despacio hasta la orilla muy confusa. Eché mi pelo a un lado y lo estrujé un poco. Tomé mi ropa y comencé a vestirme otra vez lentamente mientras pensaba en lo que me estaba ocurriendo. -Imbecil- exclamé mientras terminaba de abrocharme el abrigo. Secudí la cabeza y corrí hasta alcanzarle. Me detuve a metros de él quien me daba la espalda. -Y ahora que?, vas a irte pensando en que mañana estaré aquí esperándote?- noté que detuvo su paso al oirme, pero no volteó. -Porque podría irme-

Había caminado unos cuantos pasos cuando oí que me llamaba imbécil. Sonreí sin volverme. Al parecer seguía algo confusa por mi culpa.
Me volví cuando dijo que podría irse.
-Sí, iba a irme pensando en que mañana volvería a verte -dije mirándola fijamente a los ojos- Pero si te quieres ir entonces no nos veremos. Quizá no mañana. Ni pasado. Pero antes de lo que crees...
Me acerqué un paso a ella, acariciando su mejilla suavemente con el dorso de tu mano.
-Si quieres irte vete, mi don ya no te retiene aquí -dije mirándola- pero no des por hecho que me he rendido. Eso suponiendo que realmente quieras irte...

Lo miré a los ojos al sentir la caricia en mi mejilla -por supuesto que me ire! y espero no tener que volver a verte la cara nunca más- dije muy molesta, aunque no comprendía racionalmente el motivo de mi rabia. ¿Por qué estaba tan enojada? él me estaba dando la posibilidad de largarme y terminar con todo esto.
-Creías que iba a quedarme? de verdad creías eso? me ire! y me perderé! y nunca podrás encontrarme de nuevo-. Quité su mano de mi rostro bruscamente hacia un lado. -Pensabas que podría descansar en este bosque? no saldría viva de aquí considerando lo débil que me tienes por culpa del uso de tu don!! no ganaría ninguna batalla y aquí no conozco a nadie que pueda protegerme del resto de los vampiros o de los chuchos!!- dije lo último casi gritando, pero al darme cuenta del tono alto de mi voz me callé en seco para lograr calmarme.

La miré con algo de molestia, pero sonriendo cuando dijo que esperaba no volver a verme nunca más.
-Eso no te lo aseguro -dije con una mirada maliciosa- De hecho, si estuviera seguro de que marchándote no te volvería ver no dejaría que te marcharas.
Dijo casi gritando que nadie podía allí protegerla de los vampiros ni de los chuchos.
-En eso te equivocas -dije sonriendo, como si explicara algo fundamental- Como no ibas a estar segura es fuera de aquí... -eso era en parte cierto. Si hacía un viaje largo hasta su tierra, por el camino podría estar muy débil y exponerse a ataques. Sin embargo, en el bosque estaba protegida... por mí. Aunque pareciera irónico, me había encargado hasta el momento de que a Tanya no le pasara nada.
-Hasta ahora nadie te ha atacado... -apunté con una sonrisa.

Hasta ahora? claro que hasta ahora no me había pasado nada pues yo era su perro faldero y lo tenía a él junto a mi todo el tiempo. ¿Pero que pasaría ahora? no sabía como llegar a casa a salvo después de lo imposibilitada que me encontraba físicamente. No me importaba, cualquier cosa sería mejor que continuar cerca de éste arrogante vampiro. -No te desearé suerte en tu próxima búsqueda, porque espero no toparme otra vez contigo. - bufé volteando para largarme. Solo alcancé a dar un par de pasos y caí al piso como consecuencia del uso constante de su don. No estaba desmayada ya que mi condición no me lo permitía, pero no podía levantarme de lo débil que me sentía.

-Nos volveremos a ver, que no te quepa duda -dije sonriendo cuando ella de dio la vuelta. La vi alejarse, hasta que se tambaleó a los pocos pasos y cayó al suelo. Impulsivamente corrí hacia ella al ver que no se levantaba.
"Vamos Brendon, es una vampira, no puede desmayarse" me dije mientras iba hacia ella.
Me arrodillé a su lado y la miré contemplando un cansancio en su rostro que nunca había visto en uno de los nuestros.
-¿Dónde piensas ir así? -dije con una pequeña sonrisa- No llegarías a ningún lado -dije en voz baja, con mucha tranquilidad.
Puse una mano en su frente, usando mi don para hacerla sentir algo más de ánimo. Sabía que mi don la debilitaba, pero si lo usaba para hacerla sentir más descansada...

Sentí su mano en mi frente y extrañamente acompañada de una calidez que anteriormente no había experimentado en la mano de un vampiro. A los pocos segundos me sentí levemente mejor pero tampoco estaba totalmente en condiciones de ponerme de pie todavía. -Debes estar feliz verdad? al ver que no puedo escapar de ti. Una vez más te haz salido con la tuya-.Por una parte quería que se largara lo antes posible, pero por otro lado no quería quedarme sola en el bosque en estas condiciones. Mi cabeza estaba hecha un caos y no me estaba ayudando a descansar mi cuerpo con todo ese estres que traía encima.
Me incliné un poco hacia el cuerpo de Brendon y me aferré de su ropa como una niña pequeña que no quiere que su padre quien la cuida tuviera que marchar.

Sonreí cuando dijo que debería estar feliz por no poder escapar de mí.
-Pues la verdad es que así no me sirves de mucho -dije con una sonrisa traviesa- Pero no te preocupes, estarás mejor en poco rato.
Dejé que se sintiera un poco más descansada y estaba dispuesto a levantarme cuando se inclinó hacia mí y se agarró de mi ropa. Sonreí levemente y acaricié su mejilla.
-No te voy a dejar sola hasta que no estés recuperada -dije sonriendo. En realidad tendría que irme. No le pasaría nada, era una vampira, y podría ocuparme de que nadie se acercara a ella. Sin embargo, estaba allí, ayudándola a recuperarse. Y eso me desconcertaba a mí mismo.

Solté su ropa a penas me di cuenta de lo que estaba haciendo.- lo siento... yo - llevé ambas manos a mi cabeza y fruncí el ceño junto con cerrar los ojos - yo no me siento bien- dije justificando mis actos, aunque no estaba mintiendo tampoco. ¿A caso estaba usando su don y era por eso que no quería que me dejase sola?... algo así debía ser, de lo contrario no me lo explicaba... no tenía sentido. Ya comenzaba a estar sedienta, y seguramente alimentarme un poco me haría sentir con más energía. Claramente yo no podía cazar nada bajo estas condiciones, pero tampoco iba a pedirle a mi secuestrador que cazara algo para mi, asi que me las aguantaría como fuese.

La miré largamente cuando dijo que no se sentía bien. Normal, ninguna de mis víctimas solía sentirse demasiado bien. Aunque tenía que reconocer que ninguna tampoco me había traído tantos quebraderos de cabeza como ella.
Me separé un poco de ella, manteniendome arrodillado a su lado y examinándola. Nunca había visto a alguien de mi raza tan debilitada.
-En un rato estarás mejor -dije mirándola- ¿Necesitas algo? -pregunté sin apartar la vista de ella.

-Estoy bien- contesté como acto reflejo, no iba a pedirle que cazara algo para mi por mas que lo necesitase en estos momentos. -Me pondré de pie en un par de minutos- dije intentando sentarme al menos. No pude evitar apoyar mi mano en una de sus piernas mientras mantenía el equilibrio y no la quité de ahí porque no me había percatado.
Estabamos en medio de la noche, la luna ya no brillaba tanto como hace un rato atrás porque algunas nubes se habían encargado de taparla. Hasta ahora todo indicaba que una lluvia nos cubriría en cualquier momento. Mi pensamiento se cumplio cuando las primeras gotas comenzaron a caer

Escuché cómo decía que se pondría en pie en poco tiempo, pero apenas podía mantener el equilibrio. Noté como apoyaba su mano en una de mis piernas, y sonreí, aunque una sensación extraña recorrió todo mi cuerpo.
De repente empezaron a caer algunas gotas del cielo. Sin mediar palabra la cargué sobre mis brazos, pasándolos alrededor de sus piernas y de su espalda, y me levanté.
-De acuerdo, vámonos de aquí -dije mirándola, mientras empezaba a llover con más fuerza- ¿Te llevo a algún lado? -pregunté con una sonrisa maliciosa.

Noté su intensión de cargarme y sacarme de aquí cuando me tomó en sus brazos. - Llevarme a algún lado?...- Me encogí de hombros a modo de respuesta a su pregunta, no tenía ningún sitio al cual llegar... a menos que fuera Denali claro, pero el no me llevaría hasta allí. Sería demasiado bueno para ser verdad. La lluvia comenzó a caer con mas fuerza sobre nosotros y por instinto me acobijé en él.

Sonreí cuando repitió mi pregunta.
-Sí -dije mirándola- ¿Tienes alguna preferencia? -pregunté- En Volterra quiero decir -expliqué.
-Te llevaría al castillo, pero eso me haría dar muchas explicaciones, y no voy a dejar que te quedes mojándote bajo la lluvia mientras te recuperas.
Empecé a correr entre los árboles. Por suerte estaba todo bastante oscuro para que ojos humanos nos pudieran percibir. A último remedio la llevaría al castillo, al menos mientras durara la lluvia.